¿Inhibimos nuestra percepción paranormal?

Frecuentemente se explican ciertos fenómenos paranormales como "inducidos": las personas creen fervientemente en algo, tanto que hasta es posible que hagan cosas increíbles como no sentir dolor. La mente termina engañando al propio cuerpo. De alguna manera el cerebro segrega adrenalina para disminuir el dolor, o para aumentar temporalmente los reflejos, la fuerza y la percepción. O a través de los fenómenos de inducción de grupo, presión social, estados de trance etc... Con ese mismo razonamiento ¿podemos invertir la suposición y decir que estamos inducidos socialmente a inhibir nuestra percepción paranormal de suerte que desechamos habilidades como comunicarnos con espíritus, ver cosas extrañas, escuchar ruidos de otras dimensiones? ¿Acaso existe una fuerza normalizadora que evita el desarrollo de nuestra percepción paranormal? Es una pregunta compleja, y de seguro sin una sola respuesta. Yo voy a sostener en esta nota la hipótesis de que sí somos capaces (al menos potencialmente) de percibir fenómenos paranormales. Pero que las estructuras sociales trabajan desde que nacemos para evitar el desarrollo de lo paranormal. Habría que preguntar por que es esto así, pero supongo que merece un análisis distinto. Mi tesis es que ya poseemos esa capacidad, pero que socialmente y culturalmente la restringimos de chicos para encajar con los demás, para no ser discriminados, y porque no somos capaces de elaborar una justificación racional –en un mundo que exige racionalidad- para esos fenómenos, y terminamos llamándolos "amigo invisible", "duende", "ángel de la guarda", etc… hasta que en algún momento la experiencia es almacenada en algún lugar del inconsciente, olvidada, y solo queda un recuerdo racionalizado, a la fuerza reducido a un concepto racional, entendible, expresado en palabras. Todo lo opuesto a lo paranormal, que es irracional, sin forma, difícil de explicar, menos de comunicar con palabras. Es que la mente humana completa lo que es incompleto, le da sentido a lo que no lo tiene, racionaliza... es decir aplica las leyes de la razón a la realidad y la complementa para no tener que estar pensando y pensando cuando algo es o no es racional... las imágenes son completadas por la mente, solo vemos un 70%, el entorno que resta (el 30%) es completado... inclusive la mente ordena lo que ve, le da sentido, y no cualquier sentido, sino un sentido lógico en base a presupuestos que considera aceptados.... me valgo de este ejemplo muy conocido que todos podemos leer: “ESUTIUOS BCRITAINOS DMEUSRTAN QUE LA MTNEE HNMUANA ODRNEA LAS LTREAS SMEMPRIE QUE LA PIRERMA Y LA UTLIMA ETSEN BEIN UIBICADAS.” Entendemos esto, porque la mente realiza el siguiente mecanismo frente al estímulo de la lectura: 1) Detecta y discrimina 2) Identifica. 3) Reconocimiento.(análisis metódico) 4) Comprende. Véase que no comprendemos hasta que reconocemos (analizamos), a “ESUTIUOS” los identificamos como una palabra, reconocemos –vale decir: analizamos- la estructura y aquí es donde la mente completa con un método muy habitual: usando información preexistente, para hacer encajar lo que detectamos en algo que conocemos y así comprender el fenómeno o estímulo. Pero esta mecánica no solo está en el reconocimiento, sino como ya se ha dicho, también en la etapa de detección y discriminación del estímulo o fenómeno. No soy científico, pero tengo entendido que nuestro cerebro no recibe todos los estímulos provenientes del exterior, se volvería loco, no podría racionalizarlos, interpretarlos... por eso selecciona de ellos sólo ciertos y determinados estímulos. La prueba es que cuando hay muchas personas hablando podemos escucharlas a todas, pero solo entender a 2 o 3 y con mucha suerte, y si todos comienzan a hablar o gritar es probable que no entendamos nada, solo un ruido indiferenciado producto de la incapacidad del cerebro para racionalizar todos los estímulos, a no ser que podamos concentrarnos en uno sólo. En conclusión, la clave de nuestra eficiencia no está en procesar muchos estímulos, sino en poder aislar muchos y prestar atención sólo a los relevantes. La interpretación de los sonidos –por ejemplo-, de los estímulos es una actividad propia del cerebro, y dependiendo de cómo hayamos construido los mecanismos de racionalización vamos a interpretar o no los ruidos. De hecho, los traumas son decisivos y ponen de manifiesto esta capacidad del cerebro... una mujer que fue asaltada en su propia casa tiende a pensar que los ruidos son de un ladrón, aún los ruidos mas irracionales. El ladrón es algo que puede ver, que conoce, que vivenció, que contó a sus amigos y amigas, por eso es real... ¿que pasa si el temor es a algo que no puede explicar por que no tiene palabras para explicarlo? No lo puede contar, siente que no es real, y anula la vivencia, y supera el miedo asignándole a los estímulos fenómenos que sí puede contar, porque eso la tranquiliza. Esto es así porque la mente economiza, tiene que hacerlo, eligiendo ciertos y determinados estímulos, y rechazando otros... la duda es si dentro de los que rechaza se encuentran los paranormales. Y por qué algunas personas si pueden aunque aleatoriamente y de manera inexplicable percibirlos en algunos momentos. No hablo de ovnis, de fantasmas únicamente... sino de adivinar el pensamiento de otros, de prever el futuro, de intuir la bondad o la maldad en los demás, ver las intenciones últimas, de conectarse con el cosmos y entender de manera alternativa el funcionamiento de las cosas y poder predecirlas... fenómenos que rozan lo normal y lo paranormal y que tendemos a categorizarlos como falsos a priori. Autor: Fado Direccion de Correo: fadozamar@hotmail.com La Administración...